Es uno de los trastornos más consultados. Suele ser más frecuente en niños que en niñas.
Aunque aparezca antes de los 4 años (lo hace en la mayoría de los casos), no se llega a detectar hasta el inicio de la escolaridad.
El fracaso escolar suele ser una consecuencia, un problema generado por un trastorno del comportamiento.
Los síntomas que aparecen con claridad son:
- Movimientos de manos, pies,...frecuentes, que denotan inquietud.
- Dificultad por permanecer sentado, así como por esperar turno.
- Dificultad por mantener la atención centrada en actividades, bien sean o no de juego
- Se distrae con facilidad ante cualquier estímulo
- Responde precipìtadamente, suele hablar en exceso, interrumpe actividades de otros, no escucha lo que se le dice.
- Muestra dificultad en seguir las instrucciones que se le dan (pero no porque no las comprenda ni porque no quiera seguirlas)
- Cambia con facilidad y frecuencia de actividad, sin acabar ninguna
- Suele perder objetos necesarios para la realización de las tareas
- Suele realizar actividades físicas peligrosas
- Sus trabajos escolares son descuidados y generalmente inacabados, pues trabaja de forma impulsiva y desorganizada.
Las causas de este trastorno son muy vagas, auqnue se conocen los factores que predisponen a ello (familias desestructuradas, ....)
El pediatra determinará si se precisa tratamiento farmacológico y de qué tipo.La medicación sin terapia acaba siendo sólo una ayuda temporal.
Se ha de llevar a cabo de forma paralela , una terapia comportamental de tipo psicológico, así como proporcionar a padres y maestros asesoramiento sobre el trastorno que sufre el niño y maneras de afrontarlo. este trabajo conjunto suele dar muy buenos resultados.
Cuando un niño, al finalizar el curso escolar, no tiene asumidos los objetivos pedagógicos propuestos en su inicio y pasa al curso siguiente se le crearán problemas de aprendizaje más complejos de los que ya venía sufriendo, sobre todo en aquellas áreas de mayor continuidad (matemáticas, lenguaje,...).
Requerirá asistencia individual y puntual que le permitan ir recuperando ese déficit.
En algún caso, otros trastornos como la depresión infantil pueden estar detrás de los problemas de aprendizaje. Un niño que hasta ese momento siempre había salido exitoso en sus aprendizajes, y que de repente se muestra triste, inhibido,...podría hacernos sospechar de ello.
En estos casos, el trastorno de aprendizaje será tratado desde la raíz, desde la causa profunda, por un especialista de la Psicología infantil. Los problemas de aprendizaje serían en estos casos síntomas o consecuencias de un trastorno mayor y no el eje de dicho trastorno.
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